Aparición de las redes de telecomunicación
La comunicación de información entre dos personas distantes, ya sea oral, escrita o
gestual precisa que al menos una de ellas se desplace a un punto de encuentro con
la otra. Dependiendo de la distancia puede ser preciso contar con unas vías
adecuadas y un sistema de desplazamiento lo bastante eficiente para que se cumpla
una de las premisas básicas de la comunicación: que sea rápida y eficaz. No tiene
sentido que un mensajero nos informe de que un ciclón está avanzando sobre nuestra
ciudad tres días después de que el ciclón haga estragos en ella.
Podríamos considerar el origen de las telecomunicaciones en tiempos muy remotos,
cuando la información a transmitir se enviaba a través de mensajeros, que a pie o a
caballo recorrían grandes distancias. El uso de mensajero es poco eficiente pues los
mensajes pueden perderse, ser interceptados, y, en cualquier caso, el retraso que
sufren los hace poco válidos en ciertas situaciones.
Las redes de telecomunicación tratan de crear medios dedicados que ahorren tiempo
evitando el desplazamiento físico del mensajero a lo largo de todo el recorrido,
proporcionando así una comunicación eficiente. Cualquier sistema de
telecomunicación estable necesita de una infraestructura y unos gastos que sólo
pueden ser sufragados por una entidad poderosa. Por ello los primeros sistemas de
telecomunicación eran siempre por y para el servicio del estado. En el pasado los
primeros sistemas de telecomunicación aparecen pronto en aquellos pueblos que por
su expansión guerrera se vieron obligados a contar con algún medio de envío rápido
de noticias: señales luminosas, de humo, sonidos de tambor, ... Los cartagineses
utilizaron las antorchas para comunicarse en la larga marcha a través de los Alpes de
Aníbal contra Roma. Los romanos llegaron a tener un sistema de señales de fuego
combinado con columnas de humo que permitía comunicar sus diferentes
campamentos. En 1340 la Marina castellana adoptó la telegrafía de señales mediante
gallardetes de diferentes colores que comunicaban órdenes y noticias codificados a
las naves que luchaban contra el reino de Aragón.
“ En el siglo XVI, las comunicaciones interiores de los tercios de España
se realizaban mediante toques de tambor, con un código de señales
que permitían transmitir las órdenes.